Alzeimer y la vida de un anciano en un bús

Cuando subí al bús antes de comenzar el invierno en Estocolmo,que va por la vía hacia Fridhemsplan,desde la Tcentral, eran las 16:00 pm. octubre del 2010.
Camino a una reunión de la Ag. de exPP. Al sentarme casi en la mitad del bús,frente a la puerta de la bajada y en el sitio donde se puede aparcar los coches de bebes o carros de ancianos o sillas de ruedas para discapacitados,estos buses están diseñados para todo tipo de pasajero,amplios pasillos y varios asientos.
Cuando partía el bús para seguir su marcha,se paró repentinamente un anciano de unos 70 o 75 años, desde su asiento; con su piel y cabellera blanca como la nieve.
Frente a mi asiento había una mujer bastante elegante con una enorme caja de regalo que posaba en su falda y estaba acompañada de un joven muchacho, quizás algun pariente de ella,miraban los dos fijamente al anciano que se paró de su asiento y se detuvo casi al lado del chofer del bús. Este detuvo su marcha inmediatamente pidiéndole al anciano que se sentara y que se podía caer.
Ahí miré más detenidamente al anciano y este tenía los pantalones sujetos con una mano y la otra sujetaba el fierro o pasamano del bús para mantener su equilibrio,el anciano llevaba su culo blanco al aire y todo su culo manchado con mierda fresca.
El chofer le pidió que se subiera el pantalón,la mujer elegante también y además le preguntó donde tenía que bajarse,el anciano respondió el nombre de la calle dando a entender que si sabía donde se dirigía.
Una véz sentado nuevamente el bús emprendió la marcha por entre las calles del centro, hasta unas tres paradas más se bajaban varias personas y subían otras y entre estas el hombre esperó que subieran todos y el pidió bajarse ahí mismo.le ví que colgaba de su cuello varias tarjetas de indentificación y seguramente con los datos del anciano y teléfonos donde se puede dar aviso de donde está ubicado,también a veces dice la tarjeta que enfermedad padece en caso de accidente o si és diabético o enfermo del corazón.
Desde la ventana ví al anciano que nuevamente iba mostrando su culo lleno de mierda fresca y caminando quizás sin rumbo fijo, solo con su idea de que sabía donde tenía que llegar.
Perdido o concentrado totalmente en su mundo,como si nada o nadie se diera cuenta de su situación.
Quizás mi experiencia de hoy sirva para irme preparando para mi vejéz también y indicar en buena medida de colgar alguna tarjeta con los datos de cada anciano si se pierde o si tiene algún percance en el camino,para asi; dar cuenta a sus familiares o hogar donde reside.
Sigo pensando aún en este día donde quizás miles de ancianos viajan en bús hacia lo desconocido,solos con su mundo interior.